Hay en este SAN PABLO de Daniel-Rops, al lado de su incomparable riqueza literaria, una prodigiosa erudición. Ayudado de los Evangelios, de las Epístolas, de todo cuanto se ha dicho y escrito del joven fariseo de Tarso de Cilicia, Daniel-Rops reconstruye con una precisión de gran novelista la verdadera figura de San Pablo, cuya exacta dimensión humana se alza arrobadora ante nosotros y nos gana y nos extasía de tal suerte que estamos pendientes de su acción, de su voz, de su constante predicar y convencer en pos siempre de la conquista por Cristo, su Bienamado.
Con la ternura y musicalidad de un Salmo, de una Epístola, las páginas de Daniel-Rops nos describen la vida azarosa y fecunda del Apóstol de los gentiles, de este sabio doctor de las naciones, desde aquellas lejanas horas de Saulo de Tarso, perseguidor de fieles, ceñudo mal juez de los que creían, impávido espectador del siniestro martirio y lapidación de Esteban, dormido en el amor eterno por Cristo Nuestro Señor.
Más que una bella y edificante historia, Daniel-Rops ha escrito, para los hombres angustiados de hoy, un mensaje de esperanza, otra nueva y alentadora epístola.